Se formó en la corte de Federico II. Su obra del púlpito del baptisterio de Pisa, de 1260, puede considerarse como algo sin precedentes en la escultura italiana, sintetizando influencias anteriores y consiguiendo a la vez una unidad compositiva y estilística notable. También realizó el púlpito de la catedral de Siena, de menor influencia clásica pero relieve más profundo y composición más hábil. Esta obra, de 1265-1268, fue realizada con ayuda de su hijo Giovanni Pisano.
Púlpito del baptisterio de la catedral de esta ciudad |
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